¿Tienes o has tenido alguna vez ansiedad?
Los que lo hemos vivido, aunque sea ocasional, sabemos lo mal que se pasa aunque la dificultad puede estar en reconocer que lo que nos sucede tiene nombre y se llama así, ansiedad. Por suerte, hay cada vez más información y se habla de ello con naturalidad.
La ansiedad es un mecanismo de defensa natural del organismo frente a unos estímulos que son percibidos por la persona como peligrosos y se acompaña de unos síntomas psicológicos y/o físicos. Se trata de una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
Por lo tanto, la ansiedad es natural y necesaria para poder subsistir. El problema es cuando ese mecanismo nos desborda de tal forma, por los motivos que sean, que nos impide enfrentarnos al problema real.
Signos y síntomas que podemos padecer:
- •Inquietud, agobio • Sensación de amenaza o peligro • Ganas de huir o atacar • Recelos y/o sospechas • Incertidumbre • Dificultad para tomar decisiones • Inseguridad • Temblor • Contracciones o sensación de emoción (agitación psicomotriz) • Tensión o dolor muscular • Inquietud • Dificultad para respirar o sensación de ahogo • Palpitaciones o taquicardia • Sudoración o manos frías y húmedas • Boca seca • Mareos o sensación de inestabilidad • Náuseas • Molestias abdominales • Sofocos o escalofríos • Micción frecuente • Dificultad para deglutir o sensación de “nudo en la garganta
Las herramientas que yo utilizo para tratar la ansiedad son:
Reflexoterapia: a través del masaje, estímulo sobre todo, los puntos de plexo solar, suprarrenales, columna y todos los de cabeza y, por supuesto, incidiendo en las glándulas. Cada persona vive la ansiedad de una forma muy personal, por tanto, insistiría otros puntos que le están surgiendo…por ejemplo si está contracturado, etc. El realizado de forma constante, le ayuda desde un principio a aumentar su bienestar, a recuperar el sueño y, poco a poco, a restaurar su equilibrio.
Esencias florales de Bach para tratar las emociones. Angustia, miedo, desconfianza, incertidumbre… la fórmula se adaptaría según cómo lo está viviendo la persona. Las esencias florales más importantes para tratar la ansiedad:
Nogal: adaptación a los cambios. Regulan el sistema hormonal
Agrimonia: Ansiedad. Tortura interior
Castaño dulce: angustia extrema
Mostaza: para la tristeza.
Aulaga: para la pérdida de esperanza (genciana: desánimo, antesala de la depresión)
Rosa silvestre: apatía
Heliantemo: pánico
Cerasífera: control/descontrol. Miedo a realizar cosas indeseadas.
Olmo: estrés, desbordamiento.
Rescate: cherry plum+ impatiens+ clematis+ estrella de belén+ jara. Muy útil en momentos puntuales.
Y la fitoterapia, con plantas como:
Passiflora: Relajante. Ayuda en la hipertensión por causas emocionales. calma
Valeriana: relajante. Ayuda a conciliar el sueño. Se ha de tomar una hora antes de irse a dormir
Lavanda: Relajante. Insomnio. Ideal para niños
Melisa: Relajante. Insomnio. Antidepresivo. Dolor de cabeza
Tila: Relajante, ansiolítica y antimigrañosa
Manzanilla: Reduce la ansiedad, refuerza el sistema inmunológico y disminuye el estrés.
Estas hierbas las podemos encontrar en forma de infusiones/decocciones, cápsulas, tinturas alcohólicas, tinturas hidroglicerinadas, comprimidos, extractos, jarabes, cremas, lociones, pomadas, ungüentos….
No hay que olvidar que la ansiedad es un síntoma de que algo no está funcionando bien, que esconde el verdadero motivo, que puede ser una relación que no nos satisface, las presiones del trabajo, etc. Es importante averiguar la causa para poder tratarla profundamente y, si es necesario, con la ayuda de un psicólogo u otro profesional especializado.