mardenun - escuela de salñud
En nuestra cultura, aunque cada vez
menos por suerte, acudimos al médico o a un terapeuta cuando tenemos un
problema de salud, cuando ya está presente en nuestras vidas. Pocas veces
asistimos para prevenir o mejorar hábitos, para aprender alguna técnica que
podamos aplicar en nuestro día a día. Ese trabajo de hormiguita que es nuestro
cuidado y el del entorno. Y es por eso que acabamos dependiendo de un médico o
terapeuta más de lo que nos gustaría.
Tras la consulta, tenemos un
diagnóstico y un tratamiento. Y entonces, en ocasiones, nos surge la duda… ¿es
este el tratamiento adecuado? ¿Y si pruebo algo alternativo? Y esta cuestión aparece
tanto si has empezado desde la medicina convencional o si te ha tratado un
médico de la medicina alternativa o complementaria. Y en este caso la palabra
complementaria ya da una pista de que se pueden utilizar ambas medicinas si te
tratan buenos profesionales. Ambas no siempre curan, ambas no siempre se
equivocan. Unas especialidades son expertas en diagnóstico, otras en las
emergencias, otras en la prevención. Las hay que tratan a la persona desde una
visión holística, contemplando al ser humano como una unidad entera que integra
los aspectos físico, mental, emocional y espiritual. Otras estudian y se
especializan en una parte del cuerpo humano…Diferentes terapias, diferentes
medicinas para distintas necesidades. No existe la única, la verdadera y
absoluta. El respeto ante cualquier opción es fundamental hacia la persona que
ha elegido un determinado modo de tratarse después de estar bien informada.
Porque si hay un problema en las
terapias complementarias es que, al no estar reguladas, la profesionalidad del
terapeuta y lo que ofrece puede ser objeto de duda.
En el arduo camino de la
regularización de estas terapias los obstáculos más grandes los encontramos en
los extremismos. No sólo por parte de los que niegan su eficacia, saboteando
una normalización que daría lugar, entre otras cosas, a un plan de estudios
profesional y controlado. También por parte de los radicales dentro de las
mismas terapias complementarias que auguran curaciones milagrosas y universales
con un producto o una planta o….yendo en contra precisamente del principio de
individualidad en el tratamiento que
observa la medicina natural y excluyendo a otros profesionales y otras
perspectivas.
Es importante desarrollar el sentido
crítico, estar bien informados y abiertos a romper esquemas para poder decidir
con libertad lo que es mejor para nosotros y trabajar día a día en nuestra
salud física, mental, emocional y espiritual. Somos los responsables de nuestro
cuidado. Esto nos hace más libres e independientes.